THE LAST BOOK
Según Nicholas Negroponte la continuidad del libro
impreso está seriamente comprometida. De acuerdo con sus predicciones, el último
libro impreso se publicará aproximadamente para la primavera de 2016. Esta
última copia bien podría hacer su última aparición a bordo de un metro después
de haber sido sacada de una mochila para ser leída. Esta es la premisa de THE LAST BOOK, el último proyecto del
fotógrafo holandés Reinier Gerritsen, quien ha estado fotografiando figuras en
la esfera pública desde hace más de veinte años.
El mundo y la palabra cada vez necesitan menos del
papel. Nuestros hábitos de lectura están cambiando sutilmente cada día, especialmente a medida que la falta de tiempo
propicia que se mantengan vivos en espacios tales como los transportes públicos.
Sin embargo, Gerritsen entiende la actual exuberancia de
libros y lectores que se advierte, por
ejemplo, en el metro de la Ciudad de Nueva York como un fenómeno similar al del
canario en la mina de carbón[1], es decir, un indicador de
la condición todavía coleante de los lectores de papel en un momento en el que
ya se manifiesta su declive.
Este proyecto comenzó para Gerritsen como algo modesto
pero inesperadamente se ha convertido en una serie de retratos improvistos
frente a un mundo de best sellers, clásicos, novelas románticas, thrillers de
detectives, Biblias, biografías y otros libros impresos. Gerritsen retrata
grupos de individuos abstraídos en los mundos que tienen en sus manos.
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Fotos tomadas en la Galería Julie Saul con motivo de la Exposición The Last Book
[1].
Antiguamente se utilizaban canarios para detectar la falta de oxígeno u otros
contaminantes en las minas de carbón. Si el canario moría, los mineros abandonaban
la mina con la máxima urgencia.