Durante la celebración de las XXII Jornadas Universitarias de Tecnología Educativa (JUTE 2014), se celebró una sesión titulada "La biblioteca universitaria como plataforma para la docencia, el aprendizaje y la investigación a través de las TIC", coordinada por Antonio Casado bajo la supervisión de Antonio Galán, y en la que participaron Ángel Aguilar, Julio Arévalo, Mª Luisa Rincón, Mónica Santos y Paloma Alfaro, tratándose los siguientes temas:
- La biblioteca Fábrica de Armas, de recinto fabril a CRAI.
- Los medios sociales como herramienta para la difusión y apoyo a la docencia en biblioteca.
- Las CI2, formación de usuarios en el S. XXI.
- El apoyo a la investigación y al investigador desde la BU.
- Las TICnologías y las bibliotecas universitarias, siempre de la mano.
Tras la misma, se llegó a las siguientes CONCLUSIONES:
- La biblioteca es el epicentro de la
universidad, pero sólo si se dan los servicios que la comunidad académica
necesita hoy, no los que se necesitaban hace dos décadas.
La Biblioteca mejora y adapta los servicios presenciales y virtuales al nuevo paradigma educativo (EEES) y de investigación
La Biblioteca promueve el trabajo colaborativo y transversal con otras unidades de la propia Universidad (TIC, Publicaciones, Archivo…) y con otras Universidades e instituciones (G9).
La Biblioteca debe apostar por el acceso abierto a la producción científica de la Universidad. Para ello, dar a conocer el Repositorio y promover su utilización debe ser una línea estratégica.
La biblioteca debe ofrecer a sus usuarios no sólo el acceso a la información, sino la posibilidad y los servicios pertinentes para que estos usuarios puedan transformar, con la ayuda de la biblioteca, esa información en conocimiento.
La Biblioteca se adapta a los cambios y promueve la Cultura de la Participación en todos los ámbitos de su gestión: encuestas de satisfacción, buzones de sugerencias, redes sociales, expectativas de los diversos colectivos de la comunidad universitaria… la opinión de todos es esencial.
El futuro de las bibliotecas universitarias se modelará por la evolución de la educación superior, la ciencia y la comunicación científica.
Los bibliotecarios han tenido que adaptarse al impacto y desarrollo de las TIC.
La biblioteca sigue apoyando a la comunidad universitaria presencialmente y a través del Campus Virtual. Se preocupa de formar a personas competentes en información, uno de los objetivos fundamentales de la Universidad.
La biblioteca, a través de su servicio de formación, mejora la capacidad de informarse de los usuarios, competencia necesaria para todos los universitarios del siglo XXI, imprescindible para el éxito de los nuevos modelos de enseñanza que fomenta el trabajo autónomo del estudiante y el aprendizaje activo. Además, la adquisición de estas competencias permitirá la autoformación permanente durante toda su vida.
La biblioteca gestiona una parte importante de la información necesaria para la actividad de la Universidad, y junto a las TIC abarca el mundo digital. Hoy en día las bibliotecas no son la única fuente de información y muchos usuarios se autoforman en competencias informacionales, por lo que las bibliotecas deberán insistir también en otro aspecto que el mero conocimiento de las herramientas para el uso y localización de la información, y es el uso apropiado de esta información, ético y legal, conocer los riesgos y peligros de la red. Y esto es importante saberlo desde la escuela. A partir de ahí, la cooperación entre docentes y bibliotecarios ha de ser continua.
La Biblioteca mejora y adapta los servicios presenciales y virtuales al nuevo paradigma educativo (EEES) y de investigación
La Biblioteca promueve el trabajo colaborativo y transversal con otras unidades de la propia Universidad (TIC, Publicaciones, Archivo…) y con otras Universidades e instituciones (G9).
La Biblioteca debe apostar por el acceso abierto a la producción científica de la Universidad. Para ello, dar a conocer el Repositorio y promover su utilización debe ser una línea estratégica.
La biblioteca debe ofrecer a sus usuarios no sólo el acceso a la información, sino la posibilidad y los servicios pertinentes para que estos usuarios puedan transformar, con la ayuda de la biblioteca, esa información en conocimiento.
La Biblioteca se adapta a los cambios y promueve la Cultura de la Participación en todos los ámbitos de su gestión: encuestas de satisfacción, buzones de sugerencias, redes sociales, expectativas de los diversos colectivos de la comunidad universitaria… la opinión de todos es esencial.
El futuro de las bibliotecas universitarias se modelará por la evolución de la educación superior, la ciencia y la comunicación científica.
Los bibliotecarios han tenido que adaptarse al impacto y desarrollo de las TIC.
La biblioteca sigue apoyando a la comunidad universitaria presencialmente y a través del Campus Virtual. Se preocupa de formar a personas competentes en información, uno de los objetivos fundamentales de la Universidad.
La biblioteca, a través de su servicio de formación, mejora la capacidad de informarse de los usuarios, competencia necesaria para todos los universitarios del siglo XXI, imprescindible para el éxito de los nuevos modelos de enseñanza que fomenta el trabajo autónomo del estudiante y el aprendizaje activo. Además, la adquisición de estas competencias permitirá la autoformación permanente durante toda su vida.
La biblioteca gestiona una parte importante de la información necesaria para la actividad de la Universidad, y junto a las TIC abarca el mundo digital. Hoy en día las bibliotecas no son la única fuente de información y muchos usuarios se autoforman en competencias informacionales, por lo que las bibliotecas deberán insistir también en otro aspecto que el mero conocimiento de las herramientas para el uso y localización de la información, y es el uso apropiado de esta información, ético y legal, conocer los riesgos y peligros de la red. Y esto es importante saberlo desde la escuela. A partir de ahí, la cooperación entre docentes y bibliotecarios ha de ser continua.
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